Debido a que 2020 los fabricantes de semiconductores detuvieron la producción por la pandemia y luego recibieron una gran demanda por parte de la industria de la tecnología, especialmente las compañías de teléfonos celulares, computadoras y consolas de videojuegos, se produjo una sobredemanda, misma que ha generado desabasto al sector automotor.
Ha sido tal el grado de la escasez de semiconductores que la mayoría de las plantas ensambladoras de tractocamiones y autos en general están realizando paros técnicos en sus plantas.
Lo que trae por consecuencia retrasos en la producción de unidades ya que en algunos casos se requiere de al menos 100 microcontroladores diferentes, para el equipamiento como cuadros de instrumentos digitales en algunos modelos.
De acuerdo con expertos y firmas consultoras, se pronostica que esta situación durará como mínimo hasta 2022 y serán necesarios millones de dólares para solucionarla pero, pese a tales inversiones son limitadas las opciones que existen para resolver esta situación en el corto plazo, adicional a que se pronostica que esta situación no representará un episodio aislado, sino que podrían suceder múltiples eventos similares en el futuro, con un impacto en la industria similar o mayor.
Aunque el mercado ya comienza a mostrar signos de recuperación, las afectaciones económicas derivadas de esta crisis han empujado al gobierno de Estados Unidos –uno de los principales exportadores de automóviles del mundo– a implementar medidas para normalizar la oferta de microchips.